lunes, 23 de noviembre de 2009

De nuevo en la brecha

Es curioso pero casi me había olvidado del blog, ¡de mi blog!, había creado un blog y casi a la vez lo había abandonado. ¡Qué tremendo error! Lo siento en el alma, por Serbal, por mí y por los posibles lectores que no habrán entendido nada.


La realidad es que cuando barajé la idea de crear un blog, empecé inmediatamente a escribir, sin tener muy claro como organizarme, que ritmo seguir..., con lo que escribí cuatro letras como prueba y casi sin darme cuenta lo dejé colgado. Lo siento, sobre todo al pensar lo que me hubiera gustado, al volver a retomar el tema, encontrarme con un blog dinámico, por mi parte, y no una bitácora muerta, con dos chascarrillos huerfanos de padre, colgados como quien se ha perdido en un páramo y no sabe que pinta en él.


Pido disculpas, a no sé muy bien quien, creo que realmente me pido perdón a mi mismo por ser tan, tan... no sé ni como llamarme. Bueno, me disculpo y retomo el asunto.


Estamos en otoño, época que para los que cazan pluma y caza mayor en batidas supone un momento álgido en su actividad. Para los que como yo nos dedicamos casi en exclusiva a trastear por el campo detrás de los corzos estamos en un momento de tranquilidad, de recuerdos, y de lecturas. Y los que además somos como se dice jóvenes de "espíritu", que ya no de edad, nos hacemos con los años algo así como los abuelos cebolletas y estamos dándoles vueltas a nuestras historias de antes. "Recuerdo que cuando yo tenía..." No quiero caer en esas disquisiciones, y aunque contaré aventuras de hace años, las iré intercalando entre las más recientes. Así que creo que lo mejor será comenzar por lo acaecido en esta última campaña corcera. Vamos a ello.









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